Seguidores

viernes, 27 de septiembre de 2013

Cómo adecuar nuestro hogar a las necesidades de nuestro gato

Hola Chicos,

Para despedir la semana os dejo un artículo de una amiga que os servirá de gran ayuda para adecuar el espacio de vuestro piso a las necesidades de vuestro gato, respetando, "en la medida de lo posible", su naturaleza felina.



- Hola, ¿qué tal? Me llamo Marga.
Aproximación de mejilla derecha, toque de mejilla izquierda, muack – muack.
- Encantada, yo Bea.
¿Cuántas veces vivimos una presentación así en nuestra vida? A partir de aquí, dos humanos comenzamos a conocernos. La conversación fluye y poco a poco conocemos gustos, aficiones estudios y hasta el lugar de vacaciones favorito del que puede llegar a ser nuestro amigo. Si las dos personas llegamos a congeniar, hasta podemos ser invitados al hogar del otro.

Cuando recibimos una visita en casa, lo primero que hacemos como anfitriones es mostrar el lugar donde vivimos y ofrecer un café o refresco y algo para picar. Si el invitado se queda a comer, le preguntaremos qué le gusta y procuraremos que esté a gusto y cómodo. Queremos que se sienta como en su casa porque ¡le apreciamos!

Hasta aquí nada nuevo. Se podría decir que todo normal y bajo control. Sin complicaciones ¿verdad? ¿Y por qué cuando decidimos compartir nuestra vida con un gato no actuamos igual? ¿Por qué lo complicamos tanto? De igual manera que escuchamos a un nuevo amigo bípedo, tendremos que interesarnos por un nuevo amigo-gato, ¿a que sí?

Pues empecemos.

Hoy adoptamos un gato. Hemos visto su foto en una página de internet y nos hemos enamorado de él. Ya están hechas todas las gestiones previas y nos esperan para entregárnoslo. ¡Qué felicidad! ¡Qué nervios! Ya está visitada una tienda de animales maravillosa donde le hemos comprado una cunita monísima, un par de ratoncitos de juguete, comedero, bebedero y una caja para su arena. El buscar ubicación para todas estas cosas, esas que ya entendemos como “sus pertenencias” ya es más complicado.

A ver…

La cunita en el salón, bajo la televisión. Así mientras estamos en el sofá le vemos dormir en ella. ERROR.
La capacidad auditiva de un gato es cuatro veces superior a la del hombre pudiendo incluso escuchar el sonido de la corriente eléctrica. Dicho esto, probemos algo: vamos a tumbarnos en el sofá con el volumen de la televisión en lugar de al 8, como está normalmente, al 32. ¿Podemos dormir la siesta? Vaya, habrá que buscar otra ubicación para la cunita.

La caja de la arena, la caja de la arena… ¡Ay madre! ¡¿Dónde ponemos esta caja tan fea?! En el balcón, si, ahí no estorba. La terraza está cerrada y junto a la lavadora estará bien. ERROR.
Los gatos en libertad, que es lo que siempre tenemos que “imitar” para que sean lo más felices posible, buscan sitios escondidos y tranquilos para hacer sus necesidades fisiológicas básicas. En ese momento son totalmente vulnerables y no pueden estar alerta a sus depredadores. Cuando la lavadora esté en funcionamiento y teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto sobre la capacidad auditiva del gato, ese lugar es el menos tranquilo del hogar. Pensaréis que en casa el gato no tiene depredadores… bueno, si lográis que la información genética del gato y su “instinto” cambien ese dato, habríais logrado en un segundo un cambio que a fecha de hoy no se ha producido ya que el gato lleva viviendo en casa solamente unos 50 años. Será más fácil buscar otro lugar para el arenero.

El comedero en la cocina. Eso lo tenemos muy claro. Comer y beber, en la cocina. ¡BINGO! ¡SI! ¡PERFECTO!
Opción correcta. Hemos acertado. También estarían bien otras muchas ubicaciones, pero vale, ¡esta es buena!

¿Qué nos queda? ¡Ah! ¡Sí! ¡El rascador! La verdad es que es un rascador muy mono, con una alturita para que el gatito se suba y pueda tumbarse. Pues, ¡junto a la cunita! La cunita a la derecha de la televisión y el rascador a la izquierda. ERROR.
Teniendo en cuenta la capacidad auditiva del gato que hemos descrito con anterioridad, este sitio NO es el adecuado.

Ya está todo listo. ¡Ah! ¡El gato se llama Oliver!. Nos gusta ese nombre.
Sería muchísimo mejor esperar a conocer a nuestro nuevo compañero de vida y su carácter para que su nombre fluya y aparezca sin saber muy bien cómo ha sido. Es muy importante, a mi entender, que el nombre sea positivo. Si eligiéramos “Diablo”, por ejemplo, estaríamos generando una energía muy fuerte en él totalmente distinta a si el nombre elegido fuera “Nube”.

Ya hemos recogido a Oliver. ¡Madre mía como gritaba en el coche!, pero bueno, ya estamos en casa. Es tan pequeñajo que se ha escondido tras la lavadora y hemos tardado tres horas en sacarlo de ahí. No le hace caso a los juguetes, le metemos en su cunita y salta directo al sofá. Ahí sí que parece que está feliz atendiendo a sus ronroneos y a su posición hecho bolita. Pero nosotros insistimos en que se meta en la cunita. Además, le hemos puesto una mantita muy gustosa… ni con esas.

A partir de aquí comienza una nueva vida para Oliver y para nosotros. Una vida en la que queremos verle feliz. Para ello tendremos que aprender un poquito sobre él, observarle, escucharle, adecuar nuestra casa a ese pequeño nuevo habitante que ya forma parte de nuestra familia y que vivirá con nosotros muchos años, tantos como tengan que ser. Nos llenará de luz y sabiduría. Los gatos son todo amor, aprendamos a dejarles SER, quitemos barreras y abramos corazones.

Cuántas veces hemos escuchado frases como “¡mi gato ha destrozado el sofá nuevo!”, “¡no hago carrera con las cortinas!”, “no soporto que el gato se suba a la encimera de la cocina!”.

Cuando un gato se comporta de este modo, está reclamando SER GATO. Hace falta bien poco para lograrlo y yo diría que ningún gasto. Con pequeñas modificaciones en casa sobre lo que ya hay ¡lo conseguiremos! Recordemos que los gatos tienen que SER GATOS y ello implica cazar, trepar, jugar, vagabundear, tomar el sol, el aire y descansar. En casa pueden hacerlo y como sus responsables que somos, debemos ayudarles y facilitarles la tarea porque les queremos, porque son parte de nosotros mismos.

Y como dice mi gran maestra felina, “Los gatos, siempre tienen razón”



Marga Arranz
FB: Proyecto Noa

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te ha parecido el artículo?