Hola a todos,
Tras un tiempo de silencio, quiero comenzar pidiendo disculpas a todos aquellos que os dabais cita semanalmente en este espacio de encuentro.
Prometí crear una entrada semanal, alimentar esta criatura recién parida con todo mi amor, tesón y cariño, pero me he dado cuenta a través de la experiencia, que no puedo comprometerme a escribir desde la verdad de mi corazón con tal autoexigencia impuesta por mi ego. Así que a partir de ahora, mis entradas las publicaré al ritmo de mi interior.
Dicho esto, paso a hablaros de lo que me ocupa en esta ocasión, el cómo los animales nos ayudan en nuestra vida.
En este último tiempo he estado observando y tomando consciencia de los cambios que se han producido en mi relación con ellos, sobre todo con Coon, nuestro gato mayor.
Coon siempre ha sido un gato muy especial, un gato muy equilibrado, pausado, seguro y sociable, pero pasó un tiempo en el que no se deja acariciar por nosotros, ni coger, nos veía y huía de nosotros.
Se pasaba la mayor parte del tiempo en la planta de arriba, observando por largas horas el vacío, sin mantener apenas contacto con nosotros, y esto a mí, me generaba mucho estrés.
No dejaba de preguntarme que hacía mal, "porque no me quería" "porque me rechazaba".
Me, me, me y más mes... Nunca se me ocurrió pensar que él sólo estaba buscando su espacio y yo no se lo ponía nada fácil.
Frustrada hasta más no poder de intentar siempre lo mismo y no conseguir ningún cambio, contacte con una terapeuta felina para que me ayudase a comprender, que estaba pasando en mi relación con Coon, que trataba de decirme que yo no comprendía.
Ella me dijo que Coon sólo estaba dándome una de las mejores lecciones de mi vida. No respetaba su espacio, ni su deseo de no ser acariciado porque eso cuestionaba mi autoestima y estaba más preocupada en saciar mi inseguridad que en relacionarme con él. Quería que el fuera como yo quería sólo para sentirme segura, no amenaza. Y no me interesaba relacionarme con él, sino saciar mi necesidad.
El me enseñó que no había venido a este mundo a satisfacerme y que sólo cuando lo respetase y ganase su confianza, él me daría lo mejor de sí, su inmenso amor. Como así he podido comprobar después.
A base de tropezarme mil veces con las mismas situaciones, levantarme y sobre todo, contener mi frustración, he conseguido comprender y soltar.
La relación de Coon con nosotros ha cambiado 180º. Coon ahora, no sólo busca ser acariciado, nos da con la pata para que le miremos a los ojos, para que le acariciemos. Otras veces nos pide que nos agachemos para que él pueda frotarse una y otra vez contra nosotros. Maúlla cuando quiere decirnos algo. Se establecido entre nosotros una comunicación que va más allá del lenguaje, la raza... es una comunicación de alma a alma.
Cuando conseguimos mirar de frente nuestras sombras y aceptarlas, sin buscar que los demás satisfagan nuestras necesidades, aceptando como son y valorando lo que nos dan, una luz se abre y entonces todo está bien. todo es mágico.
Los animales nos ayudan a vernos, a ver nuestras carencias, nuestras exigencias, nuestros miedos, tan sólo tenemos que prestar un poco de atención a como actúan, con el deseo de comprender y de abrir nuestra corazón.
Deberíamos preguntarnos más habitualmente cuando rechazamos a un animal, que es lo que estamos rechazando verdaderamente, que es lo que ese animal representa para nosotros. A veces este rechazo se manifiesta en forma de fobia, y otras en alergias.
Gran parte de la humanidad habla de los gatos como animales egoístas, que van a lo suyo y sin embargo del perro como un fiel amigo porque haría cualquier cosa por nosotros.
Os dejo una reflexión para acabar:
- Que es para nosotros un fiel amigo, cubrir nuestras necesidades incondicionalmente? estar siempre al servicio de nuestras carencias?
FELICES FIESTAS A TODOS!!!